2.23

Débiles

Universitat Pompeu Fabra

Imaginemos que le damos un dulce a un niño y le decimos que, si resiste quince minutos sin comérselo, le daremos otro; y nos vamos de la habitación. Existen experimentos así –por ejemplo, el del malvavisco o la «nube»–, llevados a cabo desde hace décadas por los investigadores del comportamiento, que son bastante categóricos . Cuando regresamos a la habitación, muchos de los niños no han resistido el deseo de obtener la gratificación inmediata y se han comido el dulce. De este modo, muestran lo que, desde Aristóteles, conocemos como acrasia y, desde Tomás de Aquino, como incontinencia. Es decir, debilidad de voluntad. En cambio, otros sí han aguantado, en espera de obtener la segunda golosina, manifestando que tienen más fuerza de voluntad. Esto es, han logrado introducir en su razonamiento práctico la expectativa de obtener el segundo dulce, dándole un peso mayor que al deseo de comerse el primero inmediatamente. Ciertamente, la acrasia se da tanto en niños como en adultos, aunque la impulsividad y los déficits de autocontrol sean mayores, en general, en aquellos que en estos.

El ejemplo pertenece al mundo de la acción instrumental –puramente técnica– o bien de la razón prudencial, y pone de relieve cómo razona el agente en virtud de la presencia de incentivos y desincentivos que se posponen, mucho o poco, en el tiempo. ¿Por qué comemos más de la cuenta, cuando sabemos por experiencia que luego tendremos malestar durante días? ¿Por qué dejamos la dieta o el gimnasio, cuando sabemos que en verano nuestra figura será lamentable? Los ejemplos pueden trasladarse al mundo moral. Así, por ejemplo, a un niño se le puede advertir de que no debe tocar el caramelo que está sobre la mesa, porque le corresponde a su hermano pequeño. Sin embargo, él se lo come. Inmediatamente, se arrepiente porque le da pena su hermanito y, además, le va a tocar sufrir el castigo familiar. Entonces, generalizando el ejemplo, la pregunta es: ¿por qué un sujeto obra mal cuando sabe que lo que hace está mal? ¿Por qué lo hace incluso cuando sabe que el cargo de conciencia le va a pesar de modo inmediato y durante largo tiempo? ¿Por qué lo hace a pesar de que, según se dice, crime does not pay?

(cont.)

Jesús-María Silva Sánchez, «Débiles. », InDret 2.23 ,pp. i-iv