El año 2022 ha sido, legislativamente hablando, un año digital. De entre las muchas y variadas iniciativas legales y propuestas que se han promulgado y debatido durante el año pasado destacan, sin duda y por su impacto general en el funcionamiento de las instituciones legales del derecho privado, las que han tenido por objeto salvar la distancia existente entre las soluciones legales tradicionales (por denominarlas de algún modo) y los nuevos modos de hacer (de negociar, de contratar y de pagar) que permite la tecnología.
Entre nosotros, la aprobación del Reglamento de Mercados Digitales (Reglamento (UE) 2022/1925, de 14 de septiembre de 2022) y del Reglamento de Servicios Digitales (Reglamento (UE) 2022/2065, de 19 de octubre de 2022) han sido los ejemplos señeros de la preocupación que la tecnología puede llegar a suscitar en el regulador de un mercado.
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