Ciclomotores y seguro
Daños personales causados por ciclomotores y seguro obligatorio
El pasado 25 de abril de 2003, el Consejo de Ministros dispuso, entre otras Medidas de Profundización de las Reformas Económicas, que el Consorcio de Compensación de Seguros ofreciese una póliza de 400 euros a todos los propietarios de ciclomotores que careciesen del preceptivo seguro obligatorio de automóviles.
La decisión del ejecutivo, pendiente de publicación en el momento de escribir estas líneas, pone fin a un problema que afectaba a miles de propietarios de ciclomotores en nuestro país: la legislación vigente en materia de responsabilidad por el uso de vehículos a motor les obligaba a contratar un seguro pero ninguna compañía aseguradora les ofertaba una póliza.
El fallo de mercado que la decisión del Consejo de Ministros pretende remediar parecía inexplicable si tenemos en cuenta que tratamos del seguro obligatorio que cubre los daños que un vehículo a motor causa a terceros y asumimos, como parece intuitivo suponer, que en caso de colisión con otro vehículo, con un peatón o con un objeto, un turismo causará daños más graves que un ciclomotor. A la vez, también parece razonable prever que, en aquellos accidentes entre vehículos en que intervenga un ciclomotor la peor parte se la llevará quien lo conduce. Sendas intuiciones vienen confirmadas por los datos: a) en España hay más turismos que ciclomotores y los primeros causan más daños, y daños más graves, que los segundos, y b) la proporción de conductores fallecidos en accidentes de circulación es superior entre los ciclomotores que entre los turismos. El mercado de los seguros obligatorios por daños causados a terceros por vehículos a motor parece, sin embargo, ajeno a esa realidad. Las pólizas de aseguramiento de ciclomotores han experimentado un incremento muy superior al sufrido por las pólizas de seguro de turismos. La evolución parece contradictoria cuando, como hemos dicho, los turismos son más lesivos para terceros que los ciclomotores y, en caso de accidentes causados por un ciclomotor, la principal víctima será su conductor, excluido del ámbito de protección del seguro obligatorio.
En el trabajo procuraremos dar razón de las causas de esta disfunción del mercado de seguros y sus consecuencias en la decisión de adquirir un ciclomotor o de conducirlo sin el preceptivo seguro. Anunciamos ya al lector que la respuesta está en la teoría económica clásica del seguro y en los postulados de la teoría de la decisión: el conductor pone el riesgo y la probabilidad del daño y la compañía paga la indemnización; la selección adversa y el riesgo moral hacen el resto.